El aval solidario es una figura jurídica mediante la cual una persona, llamada avalista, se compromete a responder por la deuda de otra persona en caso de incumplimiento. Ser aval no es solo un acto de ayuda; implica una responsabilidad legal y financiera plena, que puede afectar tu patrimonio personal y tu capacidad crediticia.
Como aval, también tienes derechos que te protegen:
Mantenerse informado: La entidad financiera debe proporcionarte información clara sobre el préstamo. Si no lo hace, podrías reclamar la nulidad del contrato.
Derecho a retirarse: Puedes solicitar la salida del aval siempre que otra persona asuma la responsabilidad o que mejoren las condiciones del deudor principal. Esto debe formalizarse ante la entidad financiera con la documentación necesaria.
Ser avalista solidario conlleva riesgos significativos:
Responsabilidad completa si el deudor no paga, incluso con tu propio patrimonio.
Posibles conflictos personales con amigos o familiares.
Impacto en tu historial crediticio y capacidad para obtener nuevos préstamos.
Permanencia en la deuda hasta que se extinga, pudiendo prolongarse en caso de retrasos.
No es inherentemente bueno o malo. Puede ser beneficioso para ayudar a otros a acceder a financiamiento, pero requiere precaución legal:
Conoce el monto, plazo y condiciones de la deuda.
Negocia límites de responsabilidad o la figura de aval mancomunado.
Consulta un abogado para identificar cláusulas abusivas y riesgos ocultos en el contrato.
Ser aval solidario implica una responsabilidad legal y financiera significativa, que puede afectar tu patrimonio y tu historial crediticio si el deudor principal incumple. Por ello, antes de asumir este compromiso, es fundamental conocer tus derechos, entender la deuda, establecer límites de responsabilidad e incluso negociar la figura de aval mancomunado.
Además, para protegerte frente a reclamaciones, una estrategia eficaz es considerar mecanismos legales como la Dación en Pago. Esta figura permite que, en caso de impago del deudor principal, la deuda se extinga mediante la entrega del bien hipotecado al acreedor, evitando que los avalistas tengan que responder con su patrimonio. Combinando una correcta planificación y asesoría legal, es posible ayudar al deudor sin poner en riesgo la estabilidad económica del aval.
Si estás considerando ser aval o quieres proteger tus derechos como avalista, contacta con nosotros para recibir asesoramiento legal experto y personalizado en aval solidario, Dación en Pago y gestión de deudas.